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TPMS: Una tecnología necesaria para incrementar el rendimiento de tu flota de vehículos

Dentro de una flota, el papel de los neumáticos abarca muchas más funciones que el simple hecho de trasladar un vehículo del punto A al B. Estos elementos de caucho también deben proporcionar un gran rendimiento, absorber todos los baches y golpes, y mantener seguro al conductor durante el trayecto. Y es que cuando se trata de flotas vehiculares, a nuestros amigos neumáticos les toca trabajar especialmente duro, por lo que su mantenimiento preventivo  es una parte crucial en la gestión de flotas.

 

Un mantenimiento adecuado de los neumáticos no sólo aumenta la seguridad del vehículo, sino que también puede mejorar el ahorro de combustible y prolongar la vida útil de los neumáticos en 7.600 km.

 

Uno de los problemas más comunes que presentan los neumáticos al recorrer cientos de kilómetros está relacionado con la falta de presión. Si la presión no es la correcta, la rueda pierde su elasticidad y, por supuesto, se acaba reduciendo la durabilidad de ésta.

 

Tradicionalmente, las empresas de transporte han tratado de evitar este tipo de riesgos realizando revisiones y mantenimientos mensuales de sus vehículos. No obstante, existe una tecnología que te permite medir y controlar el estado de todos los neumáticos de tu flota en tiempo real. Hablamos del TPMS: un sistema de monitorización de la presión de los neumáticos.

 

¿Qué es el TPMS?

 

Las funciones principales de un sistema de monitorización de la presión de los neumáticos (TPMS) son controlar la presión de los neumáticos y enviar información en tiempo real al conductor. El objetivo principal de utilizar un sistema de este tipo es evitar algunas situaciones peligrosas como los accidentes de tráfico, un estado inestable de los neumáticos, un mayor desgaste de los mismos y un menor ahorro de combustible.

 

Para comprender cómo funciona esta tecnología, es necesario distinguir entre dos tipos de TPMS: el indirecto y el directo. Veamos en qué consiste cada uno.

 

TPMS indirecto y TPMS directo: ¿cómo funciona cada uno?

Como su propio nombre indica, el TPMS indirecto no responde a ningún sensor de presión físico. Con esta modalidad de TPMS, los vehículos miden las presiones de aire monitorizando las velocidades de rotación de la rueda.

 

Sin embargo, este sistema requiere mucha atención por parte de los conductores, que tienen que reajustar la configuración del sistema indirecto cada vez que se inflan los neumáticos, o de lo contrario los neumáticos más grandes serán detectados como “sobre-inflados”.

 

Por otro lado, los TPMS directos necesitan sensores individuales dentro de los neumáticos para transmitir datos al sistema, al igual que una señal de radio. Un módulo de control central recibirá toda la presión y temperatura interna de los sensores. Después, éste analiza la información y encuentra cualquier problema derivado de la presión de los neumáticos.

 

Para recoger los datos correctos, los conductores necesitarán sensores montados tanto en el interior como en el exterior del neumático; esto implica un gran riesgo debido a que los sensores son bastante vulnerables frente a los golpes. Además, cada dispositivo tiene una batería con una década de vida útil, por lo que habrá que cargarla o sustituirla para que funcione lo mejor posible.

 

Pese a tener algunas desventajas, este sistema es más preciso que el indirecto y funciona muy bien con conductores cuidadosos.

Beneficios de poseer un TPMS en tu flota de vehículos

 

Prolonga la vida de los neumáticos

La razón principal de las fallas de los neumáticos es la falta de inflado de los mismos. Esta condición puede conducir a una sobrecarga térmica y mecánica, que en última instancia provoca la rotura de la carcasa, la separación de las lonas, daños en los flancos o la desintegración del neumático. Por lo tanto, un TPMS te salvará de tales accidentes mediante el envío de datos en tiempo real.

 

 

Aumenta la eficiencia del combustible

Un neumático con un 10% menos de inflado es un 1% menos eficiente en cuanto a ahorro de combustible se refiere. Mantener la presión de los neumáticos en el nivel adecuado mejorará el kilometraje de tus vehículos al reducir el consumo de combustible.

 

 

Aumenta la eficiencia de los costes

Un sistema de monitorización de la presión de las llantas disminuirá las costosas horas de inactividad y ahorrará el dinero que de otro modo tendría que gastar en la reparación de los neumáticos dañados.

 

 

Mejora la seguridad vial

Los neumáticos poco inflados pueden causar patrones de conducción impredecibles a altas velocidades. Por esta razón, es probable que causen graves accidentes al fallar repentinamente. Un TPMS controla continuamente la presión de los neumáticos para que el conductor sepa cuándo es el momento de acudir a un taller de reparación de automóviles.

 

 

Mejora la seguridad medioambiental

Los neumáticos también son ecológicos. Si sus neumáticos están poco inflados, liberarán más monóxido de carbono en el aire que el nivel medio. Un TPMS te ayudará a mantener bajas las emisiones que genera tu organización en carretera.